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21 febrero 2014

EL TÉRMINO MEDIO


Sostiene Aloysius que, en los últimos tiempos, vivimos en un mundo sin término medio: o todo es blanco, o todo es negro; al parecer, estamos empeñados en no ver esa amplia gama de grises expuesta cada día ante nuestras miopes miradas. La polarización surge en cualquier ámbito de debate, político, deportivo, económico, social. ¿Qué habrá sido de la empatía? ¿En qué olvidado cajón se guardan los manuales de negociación y resolución de conflictos? No nos dejemos engañar por las apariencias. Baste con consultar las bases de datos en Internet y la lluvia de este tipo de documentos se convierte en diluvio. Otras cosa bien distinta es leerlos, comprenderlos y aplicar sus recomendaciones.

En el campo de la medicina, ocurre algo similar. Cada año, con la llegada de la gripe, médicos y pacientes nos enfrentamos al mismo dilema. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, nos bombardean con una amplia gama de fármacos antigripales, en la mayoría de los casos cócteles que agrupan bajo su formulación analgésicos, mucolíticos y descongestionantes. Nada que objetar, excepto esa dosis adicional de portento con la que algunos avispados publicistas envuelven a sus productos, convirtiéndolos en un bálsamo milagroso capaz de curar tan incómoda cohorte de síntomas en tan solo un instante.

En el otro lado del polo encontramos otras situaciones paradójicas. Cada vez menos, es verdad, pero todavía se pueden observar sobre las mesillas de algunos domicilios auténticos arsenales terapéuticos destinados a atajar sin distinción gripes, catarros y resfriados: jarabes, analgésicos, antitérmicos, antiinflamatorios, antibióticos e incluso inhaladores que combinan fármacos broncodilatadores y corticoides. Como decía aquel veterano general, cuando el enemigo es grande, se permiten todas las armas en el combate. 

Aquí también resultan necesarios el término medio, el sentido común, la racionalidad, el comportamiento científico, para gestionar correctamente los recursos a nuestra disposición sin provocar daños y desagradables efectos secundarios. Se equivocaba entonces el viejo general pretendiendo matar moscas a cañonazos, pues su error consistía en no saber identificar la gravedad de los síntomas y la peligrosidad del agente causal.

Según fuentes oficiales de la Consellería de Sanidade, hasta el momento la gripe ha provocado este año 23 muertes en Galicia. La variante conocida como gripe A ha sido más prevalente, lo que implica una mayor población susceptible de contagio, recordando que los infectados de cada temporada se comportan como una barrera frente a las infecciones posteriores. El porcentaje de casos graves se ha mantenido estable desde hace varias campañas, situándose en torno al 20%.

Las recomendaciones continúan siendo las habituales: vacunación antes de la llegada de los invasores y prevención de los contagios, evitando las aglomeraciones de personas, utilizando pañuelos desechables y evitando estornudar de manera explosiva esparciendo los virus en el ambiente. Y es que hasta para toser y estornudar tiene que existir un término medio.


17 febrero 2014

HEROÍNA


Durante décadas, el consumo de heroína estuvo limitado a determinados ámbitos marginales. Sin embargo, el reciente fallecimiento del actor norteamericano Philip Seymour Hoffman por una sobredosis ha devuelto a la palestra el interés y la alerta sobre una droga que muchos creían olvidada. 

Parece ser que el uso de heroína se ha disparado en los Estados Unidos, quizás por la suma de diversos factores: bajo coste, generosa oferta y un mayor control de los fármacos analgésicos dispensados con receta médica. El precio de una dosis de heroína no supera los 10 dólares, mientras fármacos como la famosa vicodina, capaz de enganchar al mismísimo Doctor House, pueden llegar a costar 10 veces más.

En realidad, esta droga es un derivado de la morfina. Mediante modificaciones químicas, el clorhidrato de morfina se convierte en diacetilmorfina, comercializada en 1898 por el laboratorio alemán Bayer con el nombre de heroína apenas unos días antes del lanzamiento de su producto más popular: la Aspirina ®. Comenzó a emplearse como sedante para la tos, incluso en niños, hasta que los médicos descubrieron su enorme potencial adictivo. Por ello, en 1913 Bayer dejó de fabricarla. A pesar de ello, las farmacias alemanas continuaron dispensando heroína hasta 1971.

En nuestro país, la situación es diferente por razones culturales y sanitarias, pues existe un Sistema Nacional de Salud que garantiza el acceso a los fármacos opiáceos. Según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) 2011 – 2012 solamente el 0.1% de la población española consume heroína. La vía de uso principal es la inhalatoria. La edad media de inicio en su consumo se sitúa en torno a los 21 años. Parece ser que nuestros jóvenes con edades comprendidas entre 14 y 18 años no se sienten atraídos por este tipo de droga.

En los años 70, la República Federal de Alemania se había convertido en el mayor consumidor de heroína a escala mundial. El cine alemán produjo una obra fundamental que se convirtió en el testimonio más fiel de una plaga que azotaba cruelmente a gran parte de su juventud. Nos estamos refiriendo a “Yo, Cristina F” (Uli Edel, 1981). 

Basada en la historia real de Vera Christiane Felscherinow, una prostituta adolescente enganchada a la heroína que había testificado en un tribunal berlinés en un juicio por pederastia. Kai Hermann y Horst Rieck, periodistas colaboradores habituales del semanario Stern, recogieron el estremecedor testimonio de esta joven en el libro “Nosotros, los niños de la estación del Zoo”, en referencia al lugar donde intercambiaban favores sexuales por exiguas dosis de drogas.

Si las cosas no se remedian, por las esquinas de Nueva York volverán a proliferar los yonkis, como aquellos que encarnaron Al Pacino y Kitty Winn en “Pánico en Needle Park” (Jerry Schatzberg, 1971) pululando entre Verdi Square y Sherman Square en la procura de un chute con el que apaciguar unos monos tan voraces.

08 febrero 2014

BATALLAS GANADAS, GUERRAS PERDIDAS


Batalla de Gaugamela (331 a.C.) 
Relieve en marfil, anónimo, siglo XVIII
Museo Arqueológico de Madrid.

Cada cierto tiempo, los medios de comunicación reclaman nuestra atención sobre repuntes en las enfermedades transmisibles. Si consideramos las enfermedades de transmisión sexual, resulta que en España los casos declarados de sífilis y gonorrea se han duplicado y triplicado respecto al año 2000. Los expertos nos alertan sobre una supuesta relajación en la prevención, quizás provocada por los avances en el tratamiento de la infección por el VIH, y que hoy en día está prácticamente considerada como otra enfermedad crónica más. Al final, todo esto se resume en una menor atención a la protección contra este tipo de patologías.

A pesar de todos los progresos en salud pública y medicina, a pesar de tantas batallas ganadas frente a los microorganismos patológicos desde el último tercio del siglo XIX, sospechamos que todavía está muy lejana la victoria definitiva en esta guerra. 

Vayamos con otro ejemplo. Siria se desangra en un terrible conflicto que parece no tener fin. Como siempre, los más vulnerables están condenados a los mayores sufrimientos. En aquellas tierras devastadas, las autoridades sanitarias han detectado un brote de poliomielitis, una enfermedad que se puede prevenir mediante  vacunación y para la cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) emprendió en 1988 un ambicioso programa destinado a su definitiva erradicación mundial. La realidad ha sido bien distinta, pues brotes explosivos de polio también se han dado en otros países inmersos en crueles conflictos bélicos. Así, centenares de niños se han quedado paralíticos en Somalia y en la República del Congo. En Siria, mientras vuelan por los aires mortíferas bombas y barriles cargados con TNT repletos de metralla, el gobierno aprobó el registro urgente de la vacuna oral bivalente contra la polio, facilitando además su entrega a las zonas controladas por la oposición. De esta manera, todos los bandos del conflicto se comprometieron a garantizar la vacunación de los niños sirios.

Sin embargo, éste hecho tan singular contrasta con lo que ocurre con la polio dentro de nuestras seguras fronteras. Se calcula que en España existen 80000 niños menores de 5 años que no han sido vacunados contra la polio. Si fueran infectados por este virus, padecerían una grave enfermedad que hasta hace muy poco tiempo era un recuerdo malo del pasado, y que les podría causar terribles dolores, parálisis y quizás la muerte. Aunque el 95% de los niños españoles ha sido vacunado contra esta dolencia, ese 5% no inmunizado se convierte en peligrosa puerta de entrada de la enfermedad.

La prevención debería basarse en intensificar el control de la salud de aquellas personas procedentes de países donde la polio todavía es endémica (Nigeria, Pakistán y Afganistán) y de aquellos otros donde recientemente hayan sido declarados brotes (Somalia, Kenia, Etiopía, Camerún y Siria). 

Tampoco podemos olvidarnos de la influencia adversa del llamado movimiento antivacunal. En España todavía no se encuentra tan implantado como en la Unión Europea, territorio donde se estima que unos 12 millones de prójimos menores de 30 años todavía se encuentran indefensos frente a la polio.

01 febrero 2014

LOVE, LOVE, LOVE...


Por decisión de John Lennon, unas breves notas de “La Marsellesa” se convirtieron en la fanfarria de apertura de “All You Need Is Love”, Todo Lo Que Necesitas es Amor, canción interpretada en directo por The Beatles el 25 de junio de 1967, en la primera transmisión mundial de TV vía satélite. “Love” y “Amor” tienen cuatro letras. En numerología, el cuatro representa lo práctico y la lealtad, pero también lo rígido y la represión. Es el número de la creación y de la mentalidad científica.

En la mayoría de las ocasiones, los pacientes demandan de médicos y autoridades un comportamiento científico. Por ello existe la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), para controlar todos los medicamentos de competencia estatal. Y aunque sus mecanismos de vigilancia son estrictos, siempre existe alguno que intenta hacer trampas, pretendiendo engañar a los consumidores.

Para conseguir fraguar su fraude, en algunas ocasiones los embaucadores utilizan la potente carga afectiva de la palabra “amor”, quizás más chic en su versión inglesa. Y es que está vetado comercializar productos tan eufónicos como “The Sensual Tablets” o “The Love Tabs Prema T” bajo la apariencia de supuestos complementos alimenticios que contienen, nada más y nada menos, derivados del sildenafilo, el principio activo de la famosa Viagra ®, contraindicado en pacientes con cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca, arritmias e hipertensión arterial no controladas, antecedentes de ictus isquémicos, insuficiencia hepática grave y diferentes enfermedades de la retina. 

Hace apenas 3 años, la AEMPS tuvo que actuar contra otro producto de este tipo, “The Sensual Tea Jinshenkang”, comercializado ilegalmente con posibles graves repercusiones al contener vardenafilo, el principio activo de Levitra ®, infusiones vendidas a través de una página web, pero también en herbolarios, supermercados y tiendas de dietética como supuesto vigorizante sexual para hombres y mujeres. Para completar la jugada, los desaprensivos intentar colarnos este tipo de fármacos camuflados en fórmulas supuestamente compuestas a base de hierbas, frutos, hojas, tallos y raíces de exóticas plantas, actuando con mala fe o ignorancia, pero pudiendo provocar daños irreparables causados por sus perniciosos efectos secundarios.

Amor, vocablo hermoso, inspiración de artistas y poetas... 

Para rematar, la otra tarde a la hora del té, el mordaz Aloysius me contó esta increíble historia ante una taza humeante de aromático Earl Grey. Para reponerse tras un amago de infarto, el Señor Amor decidió realizar un crucero por el Caribe a bordo de “The Love Boat”. Después de contemplar “Love Story” en la sala de proyecciones del barco, y antes de desembarcar en una de las paradisíacas escalas del viaje, decidió tomarse una píldora del amor en la soledad de su camarote. En aquel mismo instante, en cubierta la orquesta acometía los primeros compases de “Love Is In The Air”. Y es que todo lo que necesitamos es un poquito de amor.