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27 mayo 2017

INTELIGENCIA ANIMAL


PHOTOGRAPH BY BRIAN J. SKERRY, NATIONAL GEOGRAPHIC CREATIVE

Una de las imágenes más espeluznantes que he contemplado en la vida es la matanza de delfines en Taiji (Japón). Aunque parezcan peces son mamíferos como nosotros, los humanos. Además del desastre ecológico y de la brutalidad de semejantes acciones, resulta que el consumo de carne de delfín está provocando un grave problema de salud a  la población, pues tales son las concentraciones de mercurio contaminante en estos animales. Y no solamente en los delfines, sino también en una amplia gama de pescados y mariscos. Mientras tratamos de olvidar aquellos mares saturados de rojo carmesí, nos han vuelto a sorprender otras dos noticias sobre tan particulares cetáceos. 

La primera es la terrible instantánea de una cría de delfín agonizando mientras un grupo de bañistas la mantiene en volandas para fotografiarse con ella en una playa. La ignorancia suele ser atrevida, y en esta ocasión también asesina. 

La segunda está ilustrada por un delfín interactuando con una pantalla subacuática en el National Aquarium de Baltimore (EEUU). Esta tecnología les ha permitido realizar juegos complejos y comunicarse de manera inteligente con los humanos, una característica que hasta ahora solamente se había constatado en los grandes simios. En 1758, el naturalista sueco Carlos Linneo situó a los primates en el orden taxonómico más elevado, junto al hombre, al entender que eran los animales más parecidos a nosotros. Primates, los primeros entre los animales.

Con el paso del tiempo, infinidad de investigadores han descubierto que los simios son capaces de aprender el lenguaje de los signos, superándonos incluso en determinadas habilidades de memoria matemática. Poseen además autoconciencia, capacidades simbólicas y transmiten de generación en generación una cultura quizás rudimentaria y primitiva, pero que no muy diferente de la que tenían nuestros comunes ancestros. Al igual que los humanos, los primates pueden ser manipuladores, arteros y mentirosos, incluso asesinos. Y también manejar toscos utensilios, dotando de la necesaria intencionalidad a un objeto, como por ejemplo una piedra o un palo, para transformarlo en una herramienta, es decir, un instrumento destinado a la realización de determinado trabajo. La cognición animal es una realidad: simios, cetáceos, elefantes, perros, gatos, mapaches, roedores… pero también pájaros, loros, córvidos, palomas, reptiles, lagartos, serpientes e invertebrados (pulpos, insectos y arácnidos). 

Me consuela pensar que no estamos solos en el universo. Mientras nos afanamos en la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra, nos olvidamos tantas veces de la incalculable suma de intelecto que nos acompañada desde hace millones de años en este planeta. Decía el filósofo moralista suizo Henry Amiel que el hombre se eleva por la inteligencia, pero al fin y al cabo es hombre por el corazón.

15 mayo 2017

OVEJAS Y ÚTEROS ARTIFICIALES


El 5 de julio de 1996, en el Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia) nació el primer mamífero clonado a partir de una célula humana adulta. Superadas ya dos décadas, la especie y el nombre de aquel animal forman ya parte de nuestro acervo colectivo: la oveja Dolly. Muy cerca de allí, en la propia Universidad de Edimburgo, trabaja Colin Duncan como catedrático de Medicina Reproductiva. Hablando de tan populares rumiantes, el Doctor Duncan recuerda que el tratamiento con esteroides en las embarazadas con riesgo de tener hijos prematuros se descubrió investigando con ovejas. Y con corderos prematuros, un equivalente a los fetos humanos en su semana 23ª de desarrollo, ha estado trabajando el equipo del Doctor Alan W. Flake del Hospital Pediátrico de Filadelfia (Estados Unidos), capaces de diseñar un ingenioso sistema equivalente a un útero artificial y que podría incrementar la supervivencia de los pequeños humanos que vienen al mundo con una prematuridad extrema.

Los resultados de estas investigaciones ya han sido publicados, avalan que mediante estos dispositivos las ovejas completaron su desarrollo hasta alcanzar existosos embarazos a término de manera artificial. El objetivo de estos estudios sería conseguir que niños prematuros nacidos entre las 22-23 semanas, de tan solo 600 gramos de peso, con una mortalidad del 50% y con grandes probabilidades de padecer severas complicaciones en el futuro, puedan completar su desarrollo dentro de estos úteros artificiales por lo menos hasta la semana 28ª, cuando el riesgo crítico de supervivencia hubiera sido rebasado.

El ingenioso sistema del Doctor Flake suministra la sangre al feto ovino mediante un cordón umbilical sintético que faculta al corazón del animal la regeneración de su propio circuito sanguíneo para obtener los nutrientes necesarios. Por otra parte, no existe ningún sistema de ventilación artificial, como en el caso de las incubadoras más avanzadas, sino que el embrión permanece sumergido en un líquido amniótico de laboratorio que permite a sus pulmones realizar el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, garantizando de esta manera una correcta maduración de estos órganos, mucho más parecida a lo que en realidad ocurre en el interior del útero materno. 

Diversos especialistas se han mostrado escépticos con semejantes investigaciones, entre ellos el propio Doctor Colin Duncan, pues entienden que todavía harán falta varios años y mayores avances técnicos antes de que estos úteros artificiales puedan demostrar su utilidad práctica. Sin embargo, si repasamos la reciente historia de la medicina, intervenciones hoy en día habituales en nuestros hospitales, como por ejemplo los trasplantes de órganos, hace apenas medio siglo eran cuestiones limítrofes a la ciencia ficción. De momento toca esperar un poco más y continuar contando borreguitos.

09 mayo 2017

ESTIMABLE PENICILINA




Sostiene Aloysius que Sir Alexander Fleming fue un científico doblemente afortunado. Se refiere a su descubrimiento de la penicilina, el primer antibiótico de uso generalizado en medicina. La historia nos cuenta que Fleming descubrió la penicilina el 28 de septiembre de 1928, cuando al regresar de sus vacaciones estivales descubrió que un hongo había contaminado accidentalmente unas placas de cultivos bacterianos. En notas escuetas, los libros de historia atribuyen a Charles Tom la identificación del hongo como Penicilinum notatum

El hallazgo de Fleming permaneció hibernando en los estantes de las revistas especializadas hasta que en 1939 dos médicos británicos, que más tarde compartieron el Nobel de Medicina con el descubridor, decidieron emplear aquella novedosa medicación en un paciente desesperado que se moría sin remedio. Los doctores fueron Howard Walter Florey y Norman Heatley, que inyectaron por vía intravenosa el medicamento purificado por los químicos Edward Abraham y Ernst Chain al policía Albert Alexander, víctima de una septicemia causada al herirse en el rostro con las espinas de un rosal. Tras el éxito inicial, con la mejoría pasajera del paciente, finalmente éste falleció ante la escasez de nuevas y suficientes dosis.

Los medicamentos para uso humano continúan probándose previamente en animales de laboratorio. En la época de Fleming sucedía lo mismo. Su doble fortuna no se refiere únicamente al hallazgo casual del antibiótico. La escasez de cobayas en el laboratorio obligó a que Fleming probara su novedosa sustancia con ratas. Si hubiera dispuesto de suficientes conejillos de indias probablemente la penicilina habría caído en el pozo del olvido, pues estos sufridos roedores suelen ser alérgicos a los antibióticos y éstos medicamentos tóxicos para ellos. Casi un siglo después, 33 millones de prójimos necesitan diariamente inyecciones de penicilina para tratar sus enfermedades. 

La fiebre reumática, una patología prácticamente erradicada en nuestro entorno, continúa representando un importante problema de salud en muchos países, especialmente entre las clases más necesitadas. Todo comienza con una simple infección de garganta, provocada por una bacteria del género estreptococo. Si no se trata adecuadamente con penicilina, puede diseminarse por el organismo invadiendo el corazón y dañando las válvulas cardíacas. Así está ocurriendo, por ejemplo en la República Sudafricana. 

La rotura de stock de este antibiótico también está afectando a Estados Unidos, Canadá, Portugal, Francia y Brasil. La culpa la tiene otra enfermedad infecciosa, la sífilis. El único antibiótico efectivo para tratar la sífilis fetal es la penicilina. A nivel mundial, sólo 4 compañías elaboran penicilina como principio activo. Al ser un artículo que genera escasos beneficios, su producción se mantiene en niveles bajos. Y es que en pleno siglo XXI, millones de personas siguen siendo tan infortunadas como aquel policía londinense que se hirió en la cara con un rosal.