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28 junio 2025

PLANETA SÍNDROME



El título de hoy no hace referencia a ninguna película de terror de ciencia ficción, aunque tampoco sería una mala opción para ello. Lo dejamos caer por si fuese del interés de algún cineasta. 

Y es que las vacaciones, ese ansiado paréntesis en nuestra rutina laboral, ya no garantizan descanso. A medida que la vida moderna se acelera, las pausas se ven cada vez más empañadas por un fenómeno que se extiende silenciosamente: los síndromes prevacacional y postvacacional, ambos reflejo de la ansiedad profunda asociada al vertiginoso estilo de vida contemporáneo. 

Vamos con el primero de ellos: el estrés antes del descanso. Contrariamente a lo esperado, nos son pocas las personas que experimentan un pico de estrés justo antes de iniciar sus vacaciones. Este fenómeno se manifiesta con síntomas físicos y emocionales, como por ejemplo insomnio, irritabilidad, fatiga crónica y una preocupación constante por dejar todo atado y bien atado antes de ausentarse del trabajo. 

Para la psicóloga laboral Clara Rivas, este intento de desconexión se convierte en una tarea titánica, porque la cultura de la productividad extrema en la que todos estamos inmersos provoca que las personas se sientan en cierto modo culpables por el disfrute de sus merecidas vacaciones. 

Con todo esto anda muy intrigado Aloysius: ¿acaso el descansar se ha convertido en un lujo o continúa siendo un derecho? 

Un buen amigo se encontró una mañana soleada a un conocido disfrutando de un refresco, en una de las muchas terrazas ourensanas. Cuando le preguntó qué hacía, el otro le respondió con sorna: estoy descansando de tanto descansar. 

Vamos ahora con el segundo de los síndromes, el postvacacional, o de cómo retornar a la cotidiana rutina remontando una empinada cuesta. Y es que a la ansiedad previa le sigue, en muchos casos, este fenómeno que algunos estudios llegado a cuantificar que afecta a un 30% de los trabajadores. 

Esta etapa se caracteriza por tristeza, apatía, desmotivación y dificultad para concentrarse durante los primeros días, incluso semanas, después de regresar al trabajo. 

Porque el problema no solamente es volver, sino hacerlo a una existencia de algunas personas perciben como negativa, vacía, excesivamente exigente, y en resumen, poco satisfactoria. 

De una manera u otra, ambos síndromes constituyen la punta del iceberg denominado ansiedad estructural, consecuencia directa de una vida que no nos deja vivir. Nuestra moderna existencia, frenética, saturada de hiperconectividad y desinformación, sometidos a la presión constante por rendir al máximo, ha ido creando un entorno propicio para que cada vez percibamos una ansiedad social generalizada. La tecnología, quizás en demasiadas ocasiones, ha difuminado las fronteras entre la vida personal y la laboral. 

El uso, cuando no el abuso, de las redes sociales, los correos electrónicos, los mensajes y los WhatsApp nos hacen reos de la cultura de la inmediatez y de la disponibilidad permanente. Son ladrones del necesario espacio para el ocio verdadero. 

Ya comentábamos con anterioridad la paradoja de los prójimos que no desconectan ni cuando están haciendo sus necesidades. Cada día se extiende más y más la idea de que incluso nuestro tiempo libre debemos aprovecharlo al máximo. Y es esta sensación perversa la que termina por transformar el descanso en una nueva fuente de estrés. 

Podríamos llegar a convencernos que aún disponiendo de espacio y tiempo para la paz y la tranquilidad, éstas continúan mostrándose esquivas. En estos casos, los psicólogos opinan que el problema no son las vacaciones, sino realmente cómo vivimos el resto del año. Nunca una par de semana pueden compensar lo que no se cuida durante varios largos meses. Pero ¿existe una solución?. 

Los expertos recomiendan replantearnos la relación que mantenemos con el trabajo, el descanso y el disfrute de la vida. Y no sólo se refieren a jornadas laborales más llevaderas y a la promoción de políticas de salud mental, sino especialmente a cambios individuales, como aprender a desconectar, a poner límites y a priorizar lo importante. 

Para sobrevivir en el Planeta Síndrome es más valioso conocer cuánta vida realmente vivimos que cuántos días tenemos de vacaciones al año. Amén.



10 marzo 2025

EL JAZZ Y LOS BISNIETOS DE LOS SOLDADOS BÚFALO


"There was a Buffalo Soldier
In the heart of America
Stolen from Africa, brought to America
Fightiing on arrival, fighting for survival"...

Durante la Segunda Guerra Mundial, más de un millón de afroamericanos sirvieron en el ejército de los Estados Unidos en distintas funciones. Aunque participaron activamente en la lucha contra el fascismo en Europa y el Pacífico, estos soldados enfrentaron una dura realidad al volver a casa: la persistencia de la segregación racial y la discriminación sistémica en su propio país. 

La lamentable paradoja de combatir por la libertad en el extranjero mientras se les negaban derechos básicos en su patria se convirtió en un factor clave para el inicio del movimiento por los derechos civiles en las décadas siguientes.

La segregación en las fuerzas armadas

Antes de la guerra, el ejército de EE.UU. mantenía una política estricta de segregación racial. Los soldados afroamericanos eran relegados a unidades separadas y a menudo asignados a tareas de servicio o logística en lugar de combate. Sin embargo, algunos destacamentos lograron hacer historia.

En el recuerdo permanecían aquellos Buffalo Soldier que formaron parte del 10º Regimiento de Caballería del Ejército de los EE.UU., creado el 21 de septiembre de 1861 en Fort Leavenworth (Kansas).

Pero unos de los más emblemáticos integraron el 332º Grupo de Combate, los "Tuskegee Airmen", una unidad de pilotos afroamericanos que escoltó bombarderos aliados en Europa con un éxito notable. 

Otro fue el 761º Batallón de Tanques, apodado los "Black Panthers", que luchó en Francia y Alemania, siendo reconocido por su valentía. A pesar de estas contribuciones, estos soldados seguían sufriendo discriminación dentro del ejército, desde menores oportunidades de ascenso hasta el maltrato de sus propios superiores.

El regreso a una sociedad segregada

Cuando la guerra terminó en 1945, los soldados blancos fueron recibidos como héroes y se beneficiaron de programas como la Ley GI Bill, que les permitió acceder a educación universitaria y créditos para vivienda. 

Sin embargo, los soldados negros encontraron numerosas barreras para acceder a estos beneficios. Los bancos y universidades practicaban la discriminación sistemática, negándoles préstamos y plazas educativas. Además, los veteranos negros que regresaban al sur de EE.UU. debían enfrentarse nuevamente a las leyes de segregación de Jim Crow, que limitaban su acceso a empleos, transporte y derechos civiles.

En muchos casos, los soldados afroamericanos fueron recibidos con hostilidad. Algunos fueron atacados o linchados por la simple razón de haber servido con orgullo en el ejército. 

Un caso emblemático fue el de Isaac Woodard, un veterano negro que fue brutalmente golpeado por un oficial de policía en Carolina del Sur hasta quedar ciego, solo horas después de haber sido dado de baja del servicio militar. Este hecho generó indignación nacional y contribuyó a la futura desegregación de las fuerzas armadas.

La lucha por la igualdad

El regreso de estos soldados se convirtió en un catalizador para el movimiento por los derechos civiles. Muchos veteranos afroamericanos, como Medgar Evers y Harry Belafonte, utilizaron su experiencia en la guerra para exigir el fin de la discriminación racial en EE.UU.

En 1948, el presidente Harry S. Truman firmó la Orden Ejecutiva 9981, que ordenaba la desegregación de las fuerzas armadas. Aunque la implementación fue lenta, marcó un cambio histórico al reconocer oficialmente la igualdad de los soldados sin distinción de raza.

Sin embargo, la lucha por la igualdad plena continuó en los años siguientes. La participación de veteranos negros en las protestas y boicots de los años 50 y 60 demostró que su lucha no terminó en los campos de batalla de Europa o el Pacífico, sino que continuó en las calles de su propio país.

Clark Terry

El jazz y los soldados afroamericanos

Varios músicos de jazz afroamericanos sirvieron en el ejército de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial, enfrentándose no solo a los peligros del conflicto, sino también a la discriminación racial dentro del ejército. 

Desempeñaron un papel clave en la difusión del jazz y en la lucha por la igualdad racial tanto dentro como fuera de las fuerzas armadas.

Algunos de los más destacados fueron:

1. Clark Terry (1920-2015) – Trompetista

  • Terry sirvió en la Marina de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial. Su experiencia en la banda militar le permitió desarrollar aún más su estilo musical, lo que le llevó a tocar con grandes figuras como Duke Ellington y Count Basie tras la guerra.

2. John Lewis (1920-2001) – Pianista y compositor

  • Fundador del Modern Jazz Quartet, Lewis sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras estaba destinado en Francia, conoció a músicos europeos y expandió su visión musical, lo que influyó en su posterior fusión del jazz con elementos de la música clásica.

3. Buddy Collette (1921-2010) – Saxofonista y flautista

  • Collette sirvió en la Marina de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial y, tras su regreso, se convirtió en un importante defensor de la integración racial en la música, ayudando a romper barreras en la industria del jazz y el entretenimiento.

4. Ray Brown (1926-2002) – Contrabajista

  • Aunque fue reclutado al final de la guerra, Brown sirvió en el ejército y, tras su servicio, se convirtió en uno de los contrabajistas más influyentes del jazz, colaborando con figuras como Oscar Peterson y Ella Fitzgerald.

5. Dizzy Gillespie (1917-1993) – Trompetista (Intentó enlistarse, pero fue rechazado)

  • Aunque Dizzy Gillespie no sirvió en la Segunda Guerra Mundial, fue reclutado en 1943. Sin embargo, su comportamiento irreverente y sus ideas pacifistas llevaron a su pronta liberación del servicio militar. En lugar de luchar, contribuyó con su música a elevar la moral de las tropas y a promover el jazz como una forma de expresión artística global.

6. John Coltrane (1926-1967) – Saxofonista y compositor

  • Fue reclutado y sirvió en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial con la intención de poner rumbo hacia el frente del Pacífico. Sin llegar nunca a entrar en combate, Coltrane abandonó el ejército en 1946 y volvió a su hogar natal en Philadelphia.  
  • Mientras permaneció en el archipiélago tuvo la oportunidad de unirse a la banda Melody Masters, con la que llegó a grabar algunos temas, como una versión del “Koko” de Charlie Parker y otra del “Hot House” de Dizzy Gillespie.

7. Thad Jones (1923-1986) – Trompetista y Compositor

  • Thaddeus Joseph Jones sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. 

8. Elvin Jones (1927-2004) – Baterista

  • Hermano menor de Thad Jones, sirvió en el ejército de los EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial. Después de su servicio, se convirtió en uno de los bateristas más influyentes del jazz, especialmente reconocido por su trabajo con el John Coltrane Quartet.


24 febrero 2025

LOS 10 MEJORES DISCOS DE JAZZ

 

Hoy hemos realizado el siguiente experimento: le hemos preguntado a la I.A. cuáles son los mejores discos de jazz de la historia, y de paso, los sellos en los que fueron grabados.

Para ChatGPT:

  1. Miles Davis – Kind of Blue (1959) – Columbia 
  2. John Coltrane – A Love Supreme (1965) – Impulse! 
  3. Dave Brubeck – Time Out (1959) – Columbia 
  4. Charles Mingus – Mingus Ah Um (1959) – Columbia 
  5. Bill Evans – Waltz for Debby (1961) – Riverside 
  6. Sonny Rollins – Saxophone Colossus (1956) – Prestige 
  7. John Coltrane – Ascension (1966) – Impulse! 
  8. Herbie Hancock – Head Hunters (1973) – Columbia 
  9. Ornette Coleman – The Shape of Jazz to Come (1959) – Atlantic 
  10. Thelonious Monk – Monk's Dream (1963) – Columbia


Para Deepseek:
  1. Kind of Blue - Miles Davis (1959) (Columbia)
  2. A Love Supreme - John Coltrane (1965) (Impulse!)
  3. Blue Train - John Coltrane (1957) (Blue Note) 
  4. Time Out - The Dave Brubeck Quartet (1959) (Columbia)
  5. Mingus Ah Um - Charles Mingus (1959) (Columbia) 
  6. The Shape of Jazz to Come - Ornette Coleman (1959) (Atlantic)
  7. Giant Steps - John Coltrane (1960) (Impulse!)
  8. Ellington at Newport - Duke Ellington (1956) (Columbia)
  9. Saxophone Colossus - Sonny Rollins (1956) (Prestige)
  10. Out to Lunch! - Eric Dolphy (1964) (Impulse!)



03 mayo 2024

BILL EVANS ANS THE VANSBAND ALLSTARS



El tour europeo de la superbanda de jazz capitaneada por el saxofonista Bill Evans se inició la noche del 2 de mayo de 2024, a las 22.30, en el Café Latino de Ourense, dando el pistoletazo de salida al XXVI Festival de Jazz Primavera 2024.

Con las entradas agotadas desde hacía bastante tiempo, la sala comenzó a llenarse horas antes del concierto, con los espectadores en la procura del mejor lugar para disfrutar del espectáculo, un auténtico vendaval de jazz fusión, soul, funk y neo-jazz.

Y la ocasión no era para menos. Allí estaba Bill Evans, el muchacho que a los 16 años daba conciertos de piano en solitario y a los 22 años se unió como saxofonista al grupo de Miles Davis, entre 1980 y 1984.


Bill Evans

Después de tan excepcional aventura, participó en la reformada Mahavishnu Orchestra del guitarrista John McLaughlin, con la que grabaría dos álbumes, transitando desde allí a la banda Elements de Mark Egan y Danny Gottlieb. Por si todo esto no fuera suficiente, se convirtió en acompañante habitual de Herbie Hancock, Lee Riteneur, Michael Franks, David Sanborn y Ron Carter, además de colaborar con Mike Jagger y Andy Summers, el ex-guitarrista de The Police.

En el Latino se también se escucharon reminiscencias de Steaps Ahead, no en vano Bill Evans también ha trabajado estrechamente con el malogrado saxofonista Michael Brecker y con su hermano, el trompetista Randy Brecker, cuyo arte pudimos admirar también el Latino en mayo de 2014, formando parte de The Trumpet Summit, junto a John Faddis y Terell Stafford. Inolvidable.

Pero también evocamos a Weather Report. Y no en vano, pues para la ocasión Evans escogió a Félix Pastorius, un gigante de 2 metros con un bajo especial de 6 cuerdas (con un clavel artificial enganchado del clavijero). 

Como anécdota, en 2019 el sucesor del inolvidable Jaco Pastorius vendía por internet su bajo Fodera de 6 cuerdas, modelo Emperor II, con el que había tocado con los mismísimos Yellowjackets, formación que asimismo hizo un extenso repaso a susdécadas de historia en un concierto inolvidable en mayo de 2014, en la ourensana Plaza de Santa Eufemia.

Félix Pastorius

En el concierto de anoche pudimos escuchar varios temas del último trabajo de Bill Evans, "Who I am", entre ellos "Let the Creek Rise", "Mica Moon" y la pegadiza "Camel Strut", que hizo bailar al público por donde había espacio, y en cuya grabación de estudio participó el excepcional bajista Victor Wooten, miembro de los Flecktones del banjoista Béla Fleck, y que en 2002 apadrinó a un jovencísimo Félix Patorius en la convención de Bass Day.

El acontecimiento se abrió con "Baby Goats", un tema original del teclista John Mederski, un auténtico fenómeno al que venimos siguiendo desde ese poderoso triunvirato llamado Mederski, Martin and Wood, y que igualmente participó en la grabación de "Who I am" en el tema "Forever in my soul". Espectacular.

John Mederski

Y como guinda del pastel, el vigoroso Keith Carlock, votado en 2009 como el mejor baterista de Pop y Fusión por los lectores de Modern Drummer, destacando por sus estadías en míticas bandas como Steely Dan y Toto, además de contar en su haber colaboraciones con James Taylor y Sting.

Keith Carlock

Esta superbanda solamente dará tres conciertos en España: además de su debut en Ourense (para que luego digan) tocarán también en Madrid y en el legendario Jamboree de Barcelona (ahí es nada).

17 marzo 2024

PÓNTELO, PÓNSELO


En 1990, tal vez preocupado por los estragos de la epidemia de VIH/SIDA en España, el tercer gobierno de Felipe González encargó a los ministros de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas, y de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, la puesta en marcha de una campaña preventiva contra las infecciones de transmisión sexual (ITS). 

La agencia Contrapunto ideó aquella campaña publicitaria con un lema inolvidable: “Póntelo. Pónselo”, en torno a un preservativo que resplandecía como un sol, tan provocador para la sociedad española de la época como para concitar apasionados elogios y encendidas críticas. Esta campaña seguía la estela de la no menos controvertida “SIDA/NoDa”, de 1988. 


En estos días, la polémica ha vuelto a encenderse tras el anuncio por parte de la ministra de Sanidad, Mónica García, que está estudiando la posibilidad de que los preservativos queden cubiertos por el sistema público: serían gratuitos para los jóvenes con menor poder adquisitivo y mayor riesgo de contraer ITS.

En enero de 2024, el propio ministerio y el Instituto Carlos III han el “Informe de Vigilancia Epidemiológica de las ITS de 2022”, alertando que la gonorrea, la sífilis y las infecciones sexuales por Clamidias han registrado su pico más alto en las últimas tres décadas. Los expertos lo achacan al rechazo cada vez más frecuente del uso del preservativo. 

Sin embargo y a la par, los diagnósticos de infecciones por VIH/SIDA continúan descendiendo. Por su parte, el Observatorio de Tendencias de Cofares, la compañía líder en la distribución de medicamentos, productos y servicios sanitarios, destaca que en los últimos años la demanda de productos relacionados con el cuidado sexual y la higiene íntima ha crecido un 15% en España. 

Estos expertos estiman que esta tendencia está relacionada con una mayor sensibilización en torno a las ITS. Más concretamente, afirman que desde 2021 las ventas de preservativos en nuestro país se han disparado un 51%. Este porcentaje podría ser todavía mayor si se tuvieran en cuenta la venta de profilácticos en establecimientos no farmacéuticos. Hoy en día disponemos de una amplia gama de estos productos en las estanterías de las cadenas de droguería, perfumería y cosmética, así como en los supermercados. 

Nadie duda de la efectividad de las campañas de concienciación sobre los riesgos de contagio de patologías sexuales ni del éxito de campañas como la mítica “Póntelo. Pónselo”. Pero por desgracia esta fama resulta efímera. Son brillantes, como fuegos artificiales, pero más para que los sociólogos y los publicistas estudien su impacto, pero con efectos más limitados desde el punto de vista sanitario. Estamos obligados a avanzar mucho más en la prevención de las ITS, de manera constante y programada. Parece que el miedo al VIH/SIDA, que no solo se contagia a través de relaciones sexuales sin protección, ha ido disminuyendo a medida de que dicha patología ha pasado de ser mortal a crónica en nuestro entorno. 

Por otra parte, fomentar el uso de preservativos entre los jóvenes está muy bien, pero para todos, porque gonococos, treponemas y clamidias no eligen entre menesterosos y pudientes. Las ITS son unas infecciones hiperdemocráticas. La educación sexual continúa siendo nuestra asignatura pendiente. Autoridades sanitarias: Pónganle remedio. Pónganselo.



21 febrero 2024

EL PASO DEL TIEMPO


En 1984 un grupo llamado La Unión irrumpió en el panorama musical español con un primer álbum de pop rock que inauguró una trayectoria fulgurante, culminada en 2006 con un doble disco de diamante. La originalidad de su propuesta artística pivotaba en unos músicos excelentes y, sobre todo, en la peculiar voz e su cantante, Rafa Sánchez. Su mayor éxito hablaba de las aventuras de un Lobo-Hombre en París. 


Pero hoy la cosa no va de licántropos. Un imaginario reino inspiró otro gran éxito de esta banda madrileña: Syldavia. Recuerdo especialmente una etapa infantil en la que frecuentaba la vieja biblioteca de la Diputación ourensana para deleitarme con Las aventuras de Tintín. Syldavia es un reino imaginario, el escenario de las aventuras del perspicaz reportero de rubio copete y su inefable perrito Milú, personajes creados por el inolvidable Hergé. Para La Unión, el tiempo pasaba más despacio en Sildavia... 


Pero el tiempo mental no siempre coincide con el tiempo cronológico. Los expertos señalan que el tiempo depende de los estímulos que recibimos. Por ello no todos distinguimos su tránsito de la misma manera. El biólogo estadounidense Robert B. Sothern, a medida que iba envejeciendo, dedicó 40 años de su vida al estudio de la percepción temporal. Y así llegó a la conclusión de que el tiempo pasa más rápido a medida que vamos cumpliendo años. Una posible explicación para esto es que durante el día, en las primeras décadas de nuestras vidas, captamos más imágenes que en las etapas más avanzadas. 


Para Sothern, si la esperanza de vida se midiera por el número de imágenes percibidas, la frecuencia es claramente mayor en la juventud. Este tiempo mental es una secuencia de imágenes que estimulan nuestros órganos sensoriales donde entra en juego el envejecimiento. Probablemente influye también la novedad y la potencia de esos estímulo sobre nuestros sentidos. Cosas de la inercia, la rutina, la fatiga y el aburrimiento. 


Por ello recomendamos incrementar nuestra capacidad de aprender y de sorprendernos para combatir el inexorable paso del tiempo: tratemos de ver y sentir lo cotidiano como cuando lo hicimos por primera vez. Estrenemos cada día como los primeros. El otro tiempo, el cronológico, lo medimos mediante relojes y calendarios; es el fruto de un convenio científico. Ya saben, las dichosas rotaciones planetarias. 


En su historia, la humanidad ha venido utilizando diferentes calendarios. Por si no fuera suficiente, para un anciano de 90 años, un año representa el 1.11% de su existencia. Para un adolescente de 1o años, ese mismo período es un 10% de su vida. Y es mucho más fácil llenar de imágenes semejante fracción de tiempo. No tengan miedo de perderse, no. Carpe diem.





14 febrero 2024

EL CRIMEN DEL SIGLO



Sostiene Aloysius que “Dreamer” es nuestra canción favorita del álbum “Crime of the Century” de los míticos Supertramp. Los cinéfilos recordarán también "El crimen del siglo" (William Baudine, 1933), una película de misterio en la que su protagonista, el Dr. Brandt (Jean Hertsholt), un médico y mentalista, confiesa un asesinato que todavía no ha ocurrido. Mientras tanto, varios cadáveres empiezan a aparecer por todas partes.


Retornando a la realidad, y echándole un vistazo a la historia, no resulta fácil escoger cuál es el crimen más abyecto de cada siglo. Gustibus non disputadum, que diría mi padre, a propósito de los gustos y los colores, y de la libertad de opiniones. 


Estos días hemos asistido a un implacable debate a raíz del asesinato de una madre en Castro Urdiales, supuestamente  a manos de sus dos hijos. Resulta fácil encender la mecha, cuando la opinión pública se ha enterado que los chicos eran menores de edad. Y la deflagración se ha desbocado al descubrir que eran adoptados. 


En una situación tan dolorosa y compleja como ésta cabría hacer una serie de ponderadas consideraciones. 


Las primeras relacionadas con la edad de los muchachos. El menor de los hermanos, de 13 años, resulta inimputable. ¿Qué quiere decir esto? La legislación española contempla que a los menores de 14 años no se les puede exigir ninguna responsabilidad penal. En su lugar, se les aplicarán las medidas dispuestas en las normas sobre protección de menores previstas en la ley. Hace unos años ocurrió lo mismo con otro chico de 13 años que mató con una ballesta a un profesor en un Instituto de Barcelona. 


Respecto al hermano mayor, de 15 años, el vigente Código Penal español establece que los menores de 18 años no se consideran responsables criminales, aunque sí imputables. Para estos casos existe la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores (LORRPM). La pena, en este caso, dependerá de la edad y de la gravedad del delito. Las actuaciones le corresponderán ahora a la Fiscalía de Menores. 


Además del trágico fallecimiento de la madre en esas terribles circunstancias, queda pensar en el futuro de los hermanos y en la situación en la que quedan el resto de los miembros de una familia completamente destrozada. 


En cuanto a la polémica sobre los hijos adoptivos, los expertos llevan años debatiendo sobre la mayor importancia de la herencia o del ambiente sobre las conductas desviadas y criminales de los hijos adoptivos. Grosso modo, la mayoría de las investigaciones sobre niños adoptados muestran una mayor concordancia delictiva entre hijos y padres biológicos, pero con una holgada variabilidad que oscila entre el 3 y el 30%, según los estudios. El trabajo europeo más amplio fue desarrollado en Dinamarca, en los años 80, utilizando su propio registro de adopciones entre 1924 y 1947. 


Mucho ha cambiado el mundo desde entonces. Y la infancia y la adolescencia continúan siendo extremadamente vulnerables. Que el humo de los árboles incendiados no nos impida ver el bosque. Y que juzguen los jueces.