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21 mayo 2008

LOBOS CONTRA CORDEROS



He encontrado leyendo en el libro de los libros unos provechosos versículos introductorios para el tema de hoy: “morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías, 11: 6). Mi muy ecléctico Aloysius es un apasionado defensor del valor poético de La Biblia. Se entusiasma con la lectura de tantas pasiones humanas, historias colmadas de amor, odio, piedad, traición, entrega, venganza y sacrificio. Sus páginas no pueden librarse de la condena permanente de la violencia.

En pasadas ocasiones me he ocupado de este desabrido tema: violencia de género, del hombre y macho contra la mujer y hembra, del fuerte contra el débil, de los niños indefensos empujados al abismo de la vejación y de la perversión, de los fuegos fatuos que alumbran los umbríos páramos de la iniquidad y la tortura, del empleo de la fuerza para doblegar la voluntad de los desvalidos.

Entonces, ¿por qué mi reincidencia? Porque han caído en mis manos dos textos verdaderamente conmovedores. El primero, un libro especializado debido a Patrizia Romito, de la Universidad de Trieste, titulado “Un silencio ensordecedor”. La portada de la edición inglesa muestra un montaje fotográfico estremecedor: un cementerio plagado de signos femeninos, clavados en la tierra a modo de cruces. Esta psicóloga italiana intervino como ponente en el Congreso Internacional sobre Violencia de Género que tuvo lugar en Valencia en abril de 2007, alertando sobre los peligros de la invisibilidad y la trivialización de la violencia contra las mujeres y los niños. Tuvo palabras muy duras contra el personal sanitario que abordamos estas cuestiones: falta de formación, indiferencia, connivencia y medicalización (psiquiatrización) de los mismos, reduciendo un complicado problema social a un diagnóstico clínico y sindrómico simplista y definido.

El segundo texto recoge las conclusiones del informe del Consejo General del Poder Judicial, analizando las sentencias dictadas por los Tribunales de Jurado entre los años 2001 y 2005, sobre homicidios o asesinatos entre los miembros de la pareja o la ex pareja. No se puede resumir aquí la complejidad de sus 33 páginas, pero sí podemos destacar que de las 147 sentencias, sólo una fue absolutoria. La participación de hombres y mujeres en los jurados fue equilibrada. El 64% de las sentencias calificaron el hecho luctuoso como asesinato, es decir, consideraron en el crimen las características agravantes de alevosía, ensañamiento y recompensa o beneficio. La mayoría de las mismas recogieron datos referentes a la extraordinaria brutalidad ejercida por el agresor, al carácter mayoritariamente sorpresivo del atentado y a la explotación de la indefensión de las víctimas.

En el 94.5% de las ocasiones, el autor del crimen fue un varón, un machote, un semental, un lobo contra un cordero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡VIENE A CUENTO!:
Pudiera ocurrir que lo que ha continuacíón voy a expresar fuese motivo de risa o bochorno, porque hablar en un mundo materializado de amor, es como de hablar de lobos y corderos. La sociedad actual no tiene capacidad para regenerar y llevar al buen camino a los delincuentes, en grado y número suficiente, liberándoles de la pesada carga de los sin esperanza porque  resulten peligrosos para la sociedad. No son los jueces los culpables, en primer veredicto social, de que personas como la que abusó y asesino a la niña Mari Luz tengan la posibilidad de violar y asesinar, es el sistema y no el sitema en su fundamento (base constitucional) sino la ineficacia en su desarrollo quien nos ha estado llevando al deterioro humano y social..
En una sociedad donde los principios morales, el valor de la persona y el respeto por nuestro prójimo no se enseñan desde las aulas de los colegios (un aspecto de la educación y de la ética común que no se imparte aunque tiene mucho que ver con los valores religiosos ), hasta tanto y en mayor proporción, muchos seguirán violando y asesinando, porque ¿cuantos mas o igual de peligrosos nos irá deparando la sociedad, de tal modo que cada día habrá mas encarcelados a buen reacaudo que volverán a delinquir una vez cumplidas sus condenas, o a cuantas personas hemos de castrar como si fuesen cochinos y no personas?. ¿No son igual de peligrosos muchos de los aún no encarcelados o que nunca llegarán a las cárceles, sobre los que los jueces nunca tendrán la posibilidad de emitir su veredicto?, propensos a violar, asesinar y otro tipo de desmanes de no menor peligrosidad, que andan sueltos y que son “bombas volantes” que mañana pueden agredir a otros moral o fisicamente?.
 ¿Fue el juez negligente?
 Tal está colapasada la Administración de Justicia, entiendo que los casos de amontonan y a veces se escapan las prioridades, al igual y no menos le ocurre al funcionario y al juez.
SOLUCION: No desconocemos que los valores éticos en su esencia y en una sociedad laica y democrática no llevan a la anarquía y al deterioro humano de los valores de la persona, pues son los pilares de cualquer estado que haga valer el verdadero perfil de los derechos humanos, dignifica la nación e irradia la paz que se desprende de la justicia moralmente educativa, que podemos determinar “la religión civil de los auténticos valores democráticos”. Quiero que me perdonéis por lo que a continuación os voy a expresar, pues mis palabras no quieren agredir a las personas y si mucho abrir los ojos de los ideólogos: ¿Que podemos esperar de una sociedad abortista que no es capaz de razonar la importancia de la persona humana, porque parte de sus dirigentes y su gobierno son incapaces de asimilar el razonamiento básico, de que cualquier ser humano que a otro aborta niega el derecho que a muchos corresponde ?, el ser en gestación a todos pertenece. La sociedad es una sociedad de todos y debe ser ordenada para todos, y por encima del justo derecho de los bienes en su reparto equitativo, aunque de otros de su propiedad sean y administren, está el derecho común de proteger la vida de los no nacidos en periodo de gestación en el vientre de sus madres, que no es propiedad aunque encierre derecho a la protección y a la educación, y no a la muerte, si derecho al nacimiento desde una perspectiva natural.., este el primer y mayor bien que todos hemos de proteger y que a todos pertenece.
En cuanto a la formación educativa mediante el amor, es labor a realizar a los alevines (kínders), en las escuelas, institutos de enseñanzas medias, universidades...etc,-- Crear socialmente instituciones públicas de formación ética inspiradas en tal valor de actuación y al servicio de los jueces, para ante circunstancias delicadas, incluidas las familiares, se pueda poner a tiempo remedio a mayores males o circusntancias extremas que se pudieran ocasionar, estas instituciones puedan ser a su vez radicadas mediante personal voluntario y con la ayuda legal imprescindible incluido el factor económico, aunque mejor son de actuación compartida procurando la colaboración de las familias de los afectados, pero con el necesario aval legal de reconocida solvencia moral para los fines propuestos.------ Actuaciones educativas en las cárceles inspiradas en la ley del amor, mejor medio para alcanzar un patrimonio interno de indudable arraigo, utilizando los profesionales en los diferentes campos de actuación con presos, de tal modo que sean medios para que otros puedan colaborar directamente en la formación y no en “la reeducación”, ya que no es esta la palabra que en justicia les ha de ser aplicada, ayudándose en las creencias de cada cual si fuere menester o al menos permitiendo que así sea. No siempre los principios de la religión de cada cual han tenido la oportunidad de llegar al corazón de la persona, diferentes factores han podido ser “ sin causa aparente y sin que haya habido insidia” motivo de ello.
Sirva de ejemplo que el mandamiento para que arraigue en el corazón de la persona debe ser enseñado tal cual Jesús de Nazaret y conforme a su espíritu:
{{ Podré mis leyes en sus mentes y en sus corazones ( ) }}