Imagen: "zoriah_photojournalist_war_photographer_AIDS_in_asia_20041202_0351", de Zoriah, en Flickr TM
Las diferentes formas de percibir la realidad, lo que reconocemos y entendemos como real, la disyuntiva planteada entre lo que es objetivo y subjetivo ha sido, es y será materia de discusión para sesudos filósofos, académicos, y teóricos. Mucho más primitivo y simple es el pensamiento de Aloysius, diseñado para andar por casa, entendiendo como tal los paisajes de este mundo, pero también muchas veces incapaz de explicarle a un prójimo donde termina la realidad y dónde comienza él mismo, todo ese mundo que se extiende justamente delante de la punta final de su nariz.
Pero vayamos al grano, pues está claro que no todas las personas perciben de indéntica manera el mismo hecho o realidad. ¿A dónde les quiero llevar? Vayamos por partes. Una cierta extrañeza me ha causado una información publicada la semana pasada en un diario especializado de la sanidad. El Dr. Javier Rocafort, presidente de la SECPAL (Sociedad Española de Cuidados Paliativos) anunciaba que los dispositivos asistenciales de cuidados paliativos se habían incrementado un 62% en España durante el último lustro, si bien no de manera uniforme. En este aspecto destacaban Cataluña, con el mapa asistencial cubierto en su práctica totalidad, seguido de Madrid, Murcia y Galicia.
Destaca el Dr. Rocafort que Galicia cuenta con un programa autonómico de cuidados paliativos, con la figura de un coordinador general responsable de dicho plan estratégico. La prensa gallega también se ha hecho eco de esta realidad, recalcando que en el año 2004 existían en nuestra comunidad tan sólo 6 unidades paliativas especializadas; en la actualidad son 22.
A pesar de estas buenas noticias, la calidad de los cuidados asistenciales percibida por los pacientes y sus familiares es diferente. Para la SECPAL, la principal carencia se refiere a la dotación profesional insuficiente. El 50% de los equipos especializados españoles trabajan diariamente con menos de la plantilla necesaria. Respecto a los médicos, en nuestro país tampoco existe un título oficial de esta especialidad.
Se estima que en España unos 200000 pacientes necesitan el alivio de los cuidados palitivos para soportar sus sufrimientos. La mayoría son pacientes afectados por patologías terminales, y no solamente enfermos de cáncer, sino también todos aquellos con graves patologías neurodegenerativas o SIDA, por ejemplo. Y es que no solamente sufren los enfermos, sino también sus familiares. Estaríamos hablando de 1 millón de almas. Entre 1000 y 2000 niños se encuentran en esta situación. Sin embargo, la SECPAL califica como anecdótica la atención infantil en las fases terminales.
La solución no parece difícil. Necesita el incremento del número de dispositivos específicos, dotados y gestionados por profesionales suficientes, formados y especializados, con una coordinación indispensable con el nivel asistencial primario y con los servicios de urgencias. Trabajo de equipo. Los lobos esteparios, como en tantas otras ocasiones, aquí resultan completamente ineficaces.