CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

14 octubre 2010

BESOS


"El beso en la Place de l´Hotel de Ville"
Robert Doisneau, 1950

El beso vuelve a estar de moda. Después de la alarma desatada durante el año pasado por la amenaza de la gripe A, descubrimos nuevamente lo importante que resulta una correcta higiene de las manos, aunque fuera a costa de sacrificar el saludo y la cortesía tradicionales, ya saben, nada de besos, abrazos o apretones de manos.

En estas fechas se sienta en el banquillo de los acusados un personaje mucho menos popular que Isabel Pantoja y la ristra de chorizos malayos. Verónica Elizabeth, cuyo nombre me recuerda al de la protagonista de una telenovela de éxito, se ganaba la vida vaciando el domicilio de los hombres víctimas de sus encantos. Para narcotizarlos esta vampiresa empleaba el llamado “beso del sueño”, un cóctel peligroso a base de clonazepam y doxilamina, que vertía a escondidas en la bebida de los incautos. El primero de los fármacos es un potente depresor del sistema nervioso central, e efecto ansiolítico y anticonvulsivante. El segundo es un antihistamínico empleado como inductor del sueño gracias a sus propiedades sedativas. En España es de venta libre en farmacias, sin receta médica. Además de los múltiples hurtos, a esta mujer se le imputa la muerte de un hombre y los daños provocados a otro, que se salvo de puro milagro del sueño eterno. 

Solicita Aloysius que deje a un lado tan peligrosos besos para dedicarle más tiempo a ensalzar los cándidos besos maternales, los anhelados besos de la mujer amada, los ósculos sinceros con los que nos reciben los seres queridos después de un viaje, los imprescindibles besos del perdón y la reconciliación.

Hace tiempo me llamó la atención la extraña historia de una mujer alérgica a la penicilina que presentó un particular cuadro de hipersensibilidad. Su esposo la besó en la boca, y tras un breve espacio de tiempo, ella comenzó a notar un picor muy incómodo en la mucosa oral y en velo del paladar, su salivación se incrementó, su garganta se inflamó y acto seguido su cuerpo se plagó con las típicas lesiones de una urticaria. Al parecer, dos horas antes el marido había tomado un derivado de la penicilina para curarse una infección.

En los libros se han descrito casos parecidos en ciertos pacientes alérgicos a los frutos secos, por ejemplo, que desarrollaron cuadros clínicos similares después de recibir el cariño de sus familiares. Como cabría esperar, los agentes causantes más peligrosos fueron los maridos, seguidos a corta distancia por las madres y por último, los padres, por regla general menos efusivos.

La alergia por el beso es un síndrome poco conocido y subestimado. En la mayoría de las ocasiones es leve, pero en individuos muy susceptibles puede llegar a causar una grave reacción anafiláctica. Seguro que mi amigo José Luis Penedo, al leer estas líneas, se acordará de aquella copla que popularizó Manolo Escobar… Porque un beso de amor no se le da a cualquiera…


No hay comentarios: