CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

01 marzo 2011

THE ITALIAN JOB



Que me perdone el lector, pero resulta que “The italian job” es el título de una película que me viene que ni pintado para encabezar estas consideraciones. Se trata de una original intriga de robos y estafas cuya versión original fue protagonizada en 1969 por el incombustible Michael Caine y el remake del 2003 por Mark Wahlberg.
Salvando las diferencias, a mi juicio Italia y España se parecen en muchas cosas. Son dos naciones conformadas sobre reinos y estados que brillaron con esplendor en el pasado, de ahí las notables diferencias culturales entre sus ciudadanos según el lugar dónde vivan, norte o sur, levante o poniente, campo o ciudad. Su idiosincrasia está plagada de estereotipos, retratados en el cine con genial maestría por maestros como Fellini o Berlanga. A nosotros sólo nos falta Berlusconi, dirigente posible en un país que vive pegado a la televisión. Dicen que en Italia están acostumbrados a las crisis, a los niveles bajos de PIB y a las medidas de racionalización del gasto público, pues llevan décadas inmersos en esa vorágine. Es un país duro, por algo tiene forma de bota.
Respecto a la contención del gasto farmacéutico, la propuesta italiana estaría basada en 6 puntos: 
1º/ techo al porcentaje de gasto, una especie de hasta aquí hemos llegado y esta frontera no la traspasa nadie; 
2º/ si el gasto es limitado, las prestaciones también; 
3º/ copago regulado, en el sentido de coparticipación con los seguros privados; 
4º/ establecimiento de guías de prescripción que favorezcan el uso de genéricos; 
5º/ distribución de fármacos directamente a los hospitales, 
6º/ debatir el precio de los medicamentos entre el Estado y la industria farmacéutica. 
De esta manera, los farmacéuticos recibirían un porcentaje fijo según receta, y no según el precio del medicamento. No olvidemos que en Italia no todo es textil y moda, pues su patronal italiana farmacéutica es muy potente, con varias multinacionales tirando del carro de la investigación, el desarrollo y la innovación.
En Italia, como en España, la cobertura es universal; pero, a diferencia de nosotros, las prestaciones allí son mínimas. El resto de los servicios dependen del copago y están gestionados por las diferentes regiones italianas. El problema se llama equidad.
Para ahorrar, en nuestro entorno muchos han pensado en el copago, aunque renieguen de él en público, pues sería un suicidio político. La coparticipación con los seguros privados y su bonificación fiscal podría ser útil en el segmento poblacional que nunca va al médico. Las guías basadas en la evidencia científica (médica y económica) recomendando los mejores fármacos para cada patología es algo que tradicionalmente se viene demandando desde el estamento facultativo, incluso en tiempos de bonanza. Y así, si algo se pudiera salvar de la propuesta italiana, sería nada más aquello necesario para mantener la equidad, la calidad y la eficiencia de nuestro sistema sanitario.

No hay comentarios: