CREA, INVENTA, IMAGINA... ¡NO COPIES!

Protected by Copyscape DMCA Takedown Notice Violation Search

14 octubre 2009

HIPOGLUCEMIA


Casi todo el mundo conoce que la glucosa es la gasolina del cuerpo humano, esa fuente primaria de energía empleada por nuestras células. Los músculos necesitan dicho azúcar para funcionar, lo mismo que el cerebro, órgano extremadamente sensible a los cambios en las concentraciones de la glucosa en sangre. Las cifras excesivas (hiperglucemia) o deficientes (hipoglucemia) pueden provocar confusión mental e inconsciencia.

Los cinéfilos admiramos una de las hipoglucemias más famosas en la historia del 7º Arte, aquella sufrida por Michael Corleone en la tercera parte de “El Padrino”. Mientras visitaba al cardenal Lamberto, en la ficción futuro y breve Papa Juan Pablo I, su desvanecimiento obligó a los curitas que le asistían a reanimarlo con celeridad: zumo de naranja y chocolatinas.

Continuando en el fascinante mundo del cine, durante estos últimos días andaba muy entusiasmado mi apacible Aloysius con su colección de clásicos en blanco y negro. La otra tarde se mantenía absorto con una emocionante persecución a través de las lóbregas alcantarillas de la Viena de la posguerra, en la oscarizada “El tercer hombre” (Carol Reed, 1949). Por cierto, la novela original y el guión fueron obra de Grahan Green, escritor británico vinculado a Ourense por sus frecuentes retiros en nuestro majestuoso MonaSterio de Oseira.

Pues bien, en el Prater vienés, muy cerca de la famosa noria en la que un atónito Holly Martins (Joseph Cotten) descubría el ácido cinismo de su viejo amigo, el traficante de penicilina Harry Lime (Orson Wells), se celebró apenas hace unas semanas la reunión anual de la Asociación Europea de Diabetes. En uno de sus múltiples symposiums, el profesor Vivian Fonseca, de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans), alertaba a los presentes sobre la relación entre hipoglucemia y riesgo de muerte cardiovascular en los enfermos diabéticos.

Evitar la hipoglucemia es el caballo de batalla en el tratamiento de estos pacientes, pues precisamente ciertos fármacos (insulina y antidiabéticos orales) pueden desencadenar bruscas caídas de la glucemia plasmática. Los equipos investigadores han desarrollado recientemente avances terapéuticos para minimizar el riesgo de hipoglucemia, sintetizando modernas insulinas e innovadores fármacos, como los inhibidores de la degradación de las incretinas. Las incretinas son hormonas que se liberan después de las comidas, estimulando al páncreas para que fabrique insulina. En los diabéticos, lo ideal sería emplear fármacos capaces de controlar los niveles elevados de glucosa plasmática, sin provocar hipoglucemias.


Muchos consideramos ya a la diabetes como la plaga del siglo XXI. A la hora de combatirla eficazmente no debemos permitirnos daños colaterales. Y la hipoglucemia es uno de ellos. Cruel e inmisericorde. Como Michael Corleone. Como Harry Lime.

No hay comentarios: